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Cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro, una oportunidad para recordar la importancia de este órgano clave en todo lo que hacemos y sentimos, y también para reflexionar sobre cómo influye en algo como el emprendimiento.

¿Las personas emprendedoras piensan diferente? ¿Tienen una forma particular de reaccionar ante el riesgo, la presión o la incertidumbre? La ciencia aún no tiene respuestas concluyentes, pero sí empieza a lanzar algunas pistas.

Por el momento, ¿qué dice la ciencia?

Un estudio pionero realizado en 2023 por la Escuela de Administración de la Universidad de Lieja y el Hospital Universitario de Lieja reveló diferencias estructurales en los cerebros de personas emprendedoras. En concreto, los investigadores encontraron una mayor conectividad neuronal en regiones relacionadas con la toma de decisiones, el control emocional y la flexibilidad cognitiva.

Estos resultados apuntan a que quienes emprenden podrían contar con ciertos rasgos cerebrales que les permiten adaptarse mejor a situaciones cambiantes, tomar decisiones bajo presión o manejar mejor el miedo al fracaso. Sin embargo, cabe destacar que se trata de una línea de investigación en desarrollo, y no existen todavía conclusiones definitivas. No obstante, este tipo de investigaciones pretenden explorar qué procesos mentales, emocionales y neurológicos podrían estar implicados en la actividad emprendedora.

Así, uno de los aspectos más destacados del estudio es la relación entre las características del cerebro emprendedor y su capacidad de adaptación. A mayor flexibilidad cognitiva, mayor es la habilidad para cambiar de enfoque cuando algo no funciona, tolerar la frustración o asumir riesgos con mayor control emocional.

Estos hallazgos no buscan crear un perfil único de emprendedor, pero sí aportan una base científica interesante sobre los rasgos comunes que comparten muchas personas que deciden emprender.

La importancia de las emociones

Las emociones influyen de forma decisiva en la manera en que evaluamos riesgos, priorizamos tareas o negociamos. Neurotransmisores como la dopamina, vinculada a la motivación y la búsqueda de retos, o la serotonina, clave para el equilibrio emocional, desempeñan un papel esencial en el comportamiento emprendedor. Desarrollar la inteligencia emocional, es decir, la capacidad de reconocer y regular las emociones propias y ajenas, es una habilidad imprescindible para liderar con éxito, especialmente en contextos de alta presión.