En los procesos de selección de personal cada vez tienen mayor relevancia las habilidades personales, en concreto, las habilidades duras y blandas (hard skills and soft skills). En este artículo de la Fundación Aragón Emprende te ofrecemos más detalles.
Son los conocimientos adquiridos en la formación educativa reglada o mediante la experiencia profesional. Pueden ser enseñadas en ámbitos académicos y se asocian con las habilidades técnicas o de conocimientos.
Además, las habilidades duras son cuantificables y son parte de los datos objetivos del currículum.
En cambio, las soft skills o habilidades blandas son difíciles de cuantificar. Se refieren a habilidades interpersonales y sociales de cada persona, y se manifiestan en las diferentes formas con las que nos relacionamos.
Estas competencias no se aprenden en el ámbito académico, sino que son adquiridas a lo largo de la vida de la persona. Por ello, están directamente vinculadas con la inteligencia emocional y con la personalidad de cada individuo y sus hábitos.
Existen diferencias claras entre ambas habilidades:
Todas las habilidades pueden aprenderse y practicarse, si bien es cierto que el aprendizaje y mejora de las habilidades duras es más sencillo. Realmente, para mejorar y adquirir habilidades blandas se debe invertir mucho tiempo y eliminar vicios adquiridos o prejuicios.